Réquiem por los loros que han de morir
El sketch del loro muerto se considera el mejor de los muchos que hicieron los Monty Python. Una joya del absurdo que se integró instantáneamente en la cultura popular británica.
Cuando su amigo Graham Chapman falleció en 1989, John Cleese hizo en su funeral un emotivo a la vez que divertidísimo elogio, en el que metió algunas frases de un sketch que habían escrito juntos para el Flying Circus: el sketch del loro muerto, que ya no está, que ha dejado de existir, que es un ex loro.
Se trata de una de las muestras más geniales de las piezas absurdas del grupo de cómicos, que la gente referencia y cita en infinidad de situaciones Hasta los asesores de Margaret Thatcher metieron en un discurso de la dama de hierro para mofarse del logo del partido liberal-demócrata. Todos los que estaban en el miting se troncharon al oirla recitar el texto del sketch. Todos menos ella, que no entendía de qué iba la cosa y sólo le preocupaba si ese tal Monty Python era votante tory.
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