La chica rebelde y la canción del príncipe
'Nothing compares 2 U' convirtió a Sinéad O'Connor en una estrella planetaria y ella decidió usar ese poder para rebelarse. Toda su vida fue más un cuento de Poe que uno de hadas.
Érase una vez una chica que vivía en un país precioso, verde, rodeado de mar, pero en el que las niñas no podían ni soñar su futuro. Se les decía qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Si no obedecían, las castigaban.
La madre de la chica la encerraba, pero no en un torreón o una celda: la encerraba en el jardín y no la dejaba entrar en casa. Por mucho que llorara, por mucho frío que hiciera, no la dejaba entrar. Así durante días. De niña, le daban pánico los atardeceres.
Para aplastar su rebeldía, sus padres la enviaron a un centro en el que había otras chicas y mujeres que, como ella, no habían obedecido, no habían seguido las reglas, lo habían hecho mal...
El gran refugio que encontró la chica rebelde fue la música. Escuchaba todos los discos que encontraba y empezó a escribir sus propias canciones y a cantarlas. Descubrió que tenía una voz especial y quien la escuchaba quedaba prendado de ella.
La chica rebelde dejó su país y se fue al reino vecino. Era parecido, pero allí las chicas como ella no eran vistas como bichos raros. O, al menos, no tanto. Su primera colección de canciones se convirtió en un disco que la catapultó. Todo el mundo quería saber más de esa chica.
Ella también necesitaba contar su historia. Empezó a escribir canciones aún más personales para su segundo disco y alguien le propuso incluir una canción que no era suya. Pero ¿cómo iba a encajar una historia ajena en un disco sobre su vida?
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