El lugar en el que todo el mundo conoce tu nombre...
La muerte de George Wendt, el eterno Norm, es una excusa perfecta para volver a la serie de ese bar de Boston regentado por Ted Danson, que se mantuvo en antena once temporadas. Y en lo más alto.
Tras Taxi, James Burrows y los hermanos Glen y Les Charles querían hacer una sitcom que sucediera en un bar. Barajaron la posibilidad de que fuera un bar remoto en un desierto, pero al final lo colocaron en el centro de Boston y lo llamaron Cheers.
Al fin y al cabo, lo que les interesaba era contar las historias de la gente que allí se reunía y en especial, la relación de los dos personajes protagonistas: Sam (Ted Danson) y Diane (Shelley Long). La típica relación de amor y odio que luego se convertiría en canon en otros productos televisivos y que, semana a semana, mantuvo la atención e interés de la audiencia. “Haced lo que queráis, pero no os atreváis a separar a Sam y Diane”, les amenazaban los fans.
Así que cuando tras la quinta temporada, Long decidió abandonar la serie para centrarse en el cine, la mayoría auguró un negro futuro para el proyecto. La entrada de Kirstie Alley les permitió potenciar la guerra de sexos á la Hepburn-Tracy, con una mujer de aún más carácter. No solo no bajaron de audiencia sino que subieron. El último episodio de la serie lo vieron más de 84 millones de personas, un hito de la televisión estadounidense y mundial.
Y en el bar en el que todos sabían tu nombre había uno que resonaba muy a menudo. Las entradas del personaje interpretado por George Wendt se jaleaban con un sonoro “Nooooooooorm” y acto seguido el actor replicaba las preguntas del camarero con un ingenio tan conciso como hilarante.
Algunos ejemplos:
-¿Cómo te trata la vida, Norm?
-Como si hubiese atropellado a su gato.
-¿Qué hay de nuevo, Norm?
-La mayor parte de mi mujer.
-¿Qué te cuentas, Norm?
-Un hombre sediento entra en un bar. Termina tú la historia.
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